¿Qué pasa? Madrid, 10 mar (EFE). Hace ocho años, Soraya dejó los testigos de Jehová, organización a la que ahora se refiere como tal. Sin embargo, aún enfrenta las consecuencias de haber sido criada con directrices y mandatos estrictos de publicaciones o ancianos hasta los 25 años. Ella menciona que está acostumbrada a que alguien le indique lo que se considera correcto o incorrecto. Lucho por tener fe en mis habilidades para tomar decisiones basadas en mis propias experiencias y confiar en que mis perspectivas son válidas. Soraya explica que al no ser contactada por ciertos individuos, cree que los hará más fuertes y menos propensos a comunicarse con ella, una decisión que ahora la detiene de sus deseos. Problemas relacionados. Otras preocupaciones.